Título original: Sinners

Año: 2025

Duración: 137 min.

País: Estados Unidos

Dirección: Ryan Coogler

Guión: Ryan Coogler

Música: Ludwig Goransson

Fotografía: Autumm Durald

Reparto: Michael B. Jordan, Hailee Steinfeld, Miles Caton, Wunmi Mosaku, Delroy Lindo, Jack O´Connell, Jayme Lawson

Género: Terror

SINOPSIS

La acción se ubica en un pueblo de Tennesee en 1932. Dos hermanos gemelos, Stack y Smoke (Michael B. Jordan) vuelven a sus raíces tras un tiempo trabajando en Chicago. Pretenden fundar un club de blues donde los afroamericanos puedan disfrutar de su música, comer, beber y bailar. Para ello reclutan a su primo Sammy (Miles Catton) que tiene una habilidad especial para tocar blues con la guitarra y compran un viejo aserradero en medio del campo. Pero algunas personas tienen una habilidad especial para tocar música que trasciende el tiempo y el espacio, pero que también, atrae demonios.

             

Ryan Coogler (1986, Oackland, California USA) es un cineasta que cuenta en su haber películas como Black Panther, Wakanda Forever, La saga de Creed y que ahora está tras el remake de la serie Expediente X. Coogler dirige una película que habla de la explotación de los afroamericanos en los Estados Unidos de principiaos de siglo XX y cómo canalizan sus sentimientos  a través de la música soul. Con ingredientes como la música, la religión, la magia y la explotación racial.

Michael B. Jordan es un actor acostumbrado a trabajar con Coogler, porque ya lo han hecho juntos en la saga de Creed. En esta película da vida a dos gemelos, Stack y Smoke, con bastante acierto aunque en algunas ocasiones solo sus sombreros los diferencian.

La película consta de dos partes muy diferenciadas, pese a que se desarrolla a lo largo de un solo día (literalmente) Cuando el sol brilla en el cielo, aparecen los distintos personajes en una puesta en escena para montar el club de blues, hilvanada con cuentas pendientes del pasado y amores despechados. Poco a poco, la música va adquiriendo importancia en la historia, canalizando y enriqueciendo las distintas escenas. La preparación de la fiesta en el club de blues de los gemelos ( los que se puede identificar como los pecadores) se va consumando en torno al que parecía el verdadero protagonista de la película, el primo Sammy, el joven virtuoso que sabe arrancar las notas exactas de su guitarra para crear un ambiente mágico.

Una vez que el sol se pone, aparecen los vampiros, y aquí la historia da un giro radical hacia el género de terror con todos sus convencionalismos. Sin embargo, una vez más, Coogler consigue aprovechar este acontecimiento para remarcar su simbolismo sobre la lucha por los derechos, por la verdadera identidad de los afroamericanos. Y es que los vampiros, los malos, son blancos, y se jactan de que también tocan buenas canciones y pretenden unirse a la fiesta, pero su música no es del agrado de nuestros protagonistas afroamericanos, que prefieren el soul como identidad cultural.

El drama está servido, porque  esta no es solo una lucha de hombres contra vampiros, sino también un enfrentamiento entre dos culturas, donde una pretende mantener su identidad propia, y la otra quiere absorber o anular a la otra en aras de un bien común.

La música es obra del compositor sueco Ludwig Goransson, ganador del Óscar a la mejor banda sonora de 2024 por Oppenheimer, y que ya ha trabajado en otras películas de Ryan Coogler como la saga de Creed y Fruitvale Station. Estamos ante una gran banda sonora que es uno de los puntos fuertes de la película.

El único “pero” que le encuentro es su excesivo metraje y algunas escenas que para mí sobran o no están bien planteadas en esta película. No diré cuales para que el espectador juzgue por sí mismo. Si te gustan las películas de terror originales y cargadas de simbolismo, Pecadores (Sinners) te gustará.

A propósito, no te vayas cuando salgan los créditos…

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